Thursday, April 20, 2006

TAPIA / COTLER: HUMALA Y LA CRISIS DE LA IZQUIERDA




Carlos Tapia: "Ruptura social creó a Humala"
El ex comisionado de la CVR confiesa su abierto apoyo al candidato de UPP, Ollanta Humala . No lo condena por las acusaciones que pesan contra él sobre violaciones de derechos humanos y resalta que tiene una propuesta seria para atender las necesidades de los excluidos.

–Usted sostiene que las elecciones han puesto en evidencia la fractura social del país. Pero ¿cuál es la diferencia de este momento con el escenario de exclusion que siempre hemos vivido?
–La ruptura social es histórica en el Perú. Hay sectores de la población peruana que han sido permanentemente excluidos desde la fundación de la República. Lo nuevo es que los sectores populares han tomado conciencia de su situación de exclusión.

–¿Cuándo surgió ese fenómeno?
–Desde el 90 y por dos factores: los medios de comunicación y el desplazamiento de las poblaciones andinas por el conflicto interno. Antes, ellos creían que su mundo era autárquico, alejado. Pero luego se dieron cuenta de que el mundo de no tener agua, luz, no era compartido por la mayoría. Eso genera un escenario político propicio al desborde popular y a las nuevas apuestas electorales. Los de abajo ya no quieren vivir como antes y eso hace que los de arriba ya no puedan seguir gobernando como antes.

–¿Y origina que Humala tenga un electorado en bandeja?
–Así es. El tema no es denigrarlo al calificarlo como una amenaza. El problema es que esa ruptura social ha creado a Ollanta Humala. Agarra un mapa de las zonas de extrema pobreza, encima pones el mapa de escenarios de violencia política y luego las zonas donde Humala obtuvo más del 60% de votos. Verás que coinciden.

–Usted dice que Velasco también ocupó el poder en una situación similar. Y eso no resulta muy alentador. ¿Qué garantías existen de que con Humala se dé el cambio?
–Por supuesto que Velasco no fue un buen gobernante, violó la libertad de prensa, hizo una reforma agraria que impidió el desarrollo de la economía en el campo, pero su gobierno intentó redignificar a los excluidos.

–¿Y por qué compara políticamente a Humala con Barrantes?
–No comparo a las personas, solo la situación en la que surgieron. Igual fue con Fujimori. ¿Acaso fue un gran luchador social? Lo mismo Toledo. Es un error atacar a Humala como si fuera el demonio y calificar de ignorantes a los que votaron por él. Es una tontería hacer un frente contra la dictadura.

–¿Le parece una tontería criticar que Humala tenga actitudes amenazantes contra la prensa?
–Humala no es un idiota para utilizar métodos antidemocráticos y atentar contra la libertad de prensa: el país sería aislado y habría un efecto boomerang. Todo en la política se paga.

–Lo respalda a pesar de que usted es un ex comisionado de la CVR y él un candidato acusado de violar derechos humanos.
–No estoy para apañar impunidades. Debe investigarse todas esas acusaciones. Si apoyo a Humala es porque debe fijarse una posición sin miedos. Él es el candidato que ha propuesto una reforma tributaria que permitirá obtener mayor recaudación parar superar las desigualdades y tiene un programa integral de reparaciones para las víctimas de la violencia en el cual he colaborado. ¿Qué es preferible?, ¿votar por el Apra con Giampietri o UN con Woodman?

–¿Es mejor votar por los militares vinculados con el montesinismo que rodearían a Humala?
–No, no, si se comprueba eso sería el primero en condenarlo. Pero no me van a decir que esos militares son manipulados por Montesinos desde la Base Naval porque se estaría afirmando que el ex asesor trabajaba por su lado y Fujimori por el otro.

–Para la mayoría quedó claro que son la misma cosa, por eso existe temor de que la bancada fujimorista pacte con UPP.
–UPP ha sido el único partido que ha dicho que no se puede pactar con los fujimoristas. Aquí uno tiene que asumir sus riesgos cuando apuesta por un candidato.

–¿A ese precio?
–No tengo un compromiso por la camiseta sino por los objetivos. Lo que está en juego es la gran transformación social del Perú. Y no acepto que se me diga terrorísticamente que por votar por Humala, soy un violador de derechos humanos y un fujimontesinista.

La izquierda y el protagonismo personal

–¿Cómo debe interpretarse que intelectuales y técnicos que militaron en la izquierda y estuvieron en la sombra, ahora apoyen a Humala?
–No creo que nadie tenga el derecho de calificar a las personas de izquierda que están con Humala de ser oportunistas o de subirse al carro. Hay un montón de izquierdistas que militaron conmigo que están trabajando en el plan de gobierno de manera consciente.

–Eso no convierte a UPP en un partido de izquierda.
–No, lo que Humala presenta es un proyecto nacionalista, pero las masas izquierdistas sí han votado por él. Y eso se debe en parte a que la izquierda en el Perú ha tenido una performance electoral francamente catastrófica. Susana Villarán que representa a dos partidos nacionales de izquierda y 9 regionales, tiene 0.06% de la votación, el MNI 0.02% y Javier Diez Canseco 0.04%. Compara esos resultados a nivel de América Latina, es una vergüenza, el Perú no se merece eso.

–Pero es el castigo porque no se presentaron como un frente común.
–Cada uno quería ser cabeza de ratón. Buscaron pretextos para apostar por un protagonismo personal. El ejemplo de unidad de Barrantes se dejó de lado y ahora dicen que para las elecciones municipales y regionales volverán a presentarse. Con esos niveles de votación eso significa no tener un sentido ético.

–¿Cómo tomó las críticas de Susana Villarán contra Humala en el tema de derechos humanos y su visita a Madre Mía?
–Lo hizo con intención electoral para dañar la candidatura de Humala.

–¿No cree que lo hizo por convicción debido a su trayectoria en la defensa de derechos humanos?
–En este caso. (Tomado de La República 19-04-06)


Julio Cotler: "Vendrían tiempos de persecución"

El reconocido sociólogo Julio Cotler opinó, en una extensa entrevista con El Comercio, que de llegar a Palacio de Gobierno, el comandante EP (r) Ollanta Humala Tasso podría convertir a los reservistas en un ejército paralelo para intimidar y agredir a los opositores, al estilo de Hugo Chávez en Venezuela y Fidel Castro. Mucho se ha hablado de los riesgos que puede correr nuestra democracia luego de las elecciones del 9 de abril. Esa posibilidad es analizada con particular crudeza y lucidez por Julio Cotler Dolberg, prestigioso sociólogo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP)
En el 2005 sostuvo que Ollanta Humala iba a pelear la presidencia y obtendría un 30% del electorado. Dio en el clavo.

En la siguiente entrevista, el experto del IEP habla del movimiento representado por aquel comandante del Ejército que desea llegar a Palacio de Gobierno. Lo hace con sumo y preocupante realismo.

¿Cree que nos jugamos la democracia en las elecciones del 9 de abril?
Creo que la candidatura de Ollanta Humala es una amenaza para la precaria democracia del Perú y su posible desarrollo en el futuro. Decir que se viene un movimiento de 20 años para lograr la unidad nacional es una tesis que choca con la democracia.

¿Significa algo que la gente le diga comandante? Incluso hay periodistas que lo reconocen de esa manera
A cierta gente le gusta el autoritarismo, pero sobre todo la autocracia: esa es la figura caudillesca que supuestamente nos va a sacar de la crisis y a la que le otorgan toda su confianza. Parece que vivimos en el siglo XVIII.

Ollanta Humala ha declarado en un mitin que desea tener un ejército nacionalista en el Congreso de la República
Lo que señalan es una expresión bruta de autoritarismo. Descartar la posibilidad de que existan diferentes puntos de vista es volver a los modelos políticos de hace 200 años.

¿Por qué en otros países la mano dura se encuentra descartada? Chile y Argentina son un ejemplo de ello. En el Perú la gente se inclina por ese tipo de opciones
Aquí no hay fuerzas democráticas. Los partidos políticos no han querido o no han sabido trabajar por la democracia. Siempre se habla del modelo económico, pero nunca del sistema político, importante porque va a canalizar lo primero.

¿Nos inclinamos por las opciones de mano dura porque no hemos sufrido experiencias terribles como la de Augusto Pinochet en Chile?
Pero hemos tenido a Alberto Fujimori y nuevamente vamos a tener lo mismo. Y va a salir otro Vladimiro Montesinos. El gobierno de Ollanta Humala se va a tener que sustentar en el Ejército.

¿En qué países aparecen personajes ligados al mesianismo?
En países muy desiguales, donde hay una profunda pobreza y una vieja tradición de colonialismo interno.

Y librarnos de esa estirpe nos va a demorar 50 años
Eso depende del desarrollo de las cosas, del grado de responsabilidad y de conciencia que tengan los políticos para lograr las alianzas que nos permitan salir de la crisis. Si Ollanta Humala logra llegar a Palacio de Gobierno, va a ser el capítulo final del Apra, porque va a ser el primer grupo político en ser atacado, por ser una fuerza organizada. Vendrían épocas de persecución.

CUIDADO CON LA VIOLENCIA
El perfil del electorado de Ollanta Humala es mayor de 40 años y no ha acabado el colegio. ¿Cree que ese perfil y el discurso radical nos va a enfrentar a un futuro violento? Por cierto, ayer en Huancavelica le han llovido piedras a Lourdes Flores
Y le van a caer piedras en mayor cantidad. Los reservistas van a ser la masa de maniobra de Ollanta Humala.

¿Los va a organizar para que sean su fuerza de choque, como un ejército paralelo?
¿Hugo Chávez no lo hace en Venezuela? En Cuba, cuando alguien se opone a la dictadura, la gente es movilizada para pegarle a las mujeres y callarles la boca a los hombres.

Cuesta creer eso...
Incluso va a ser mejor que el ejército paralelo de Vladimiro Montesinos, que funcionaba medio escondido. Con Ollanta Humala eso va a funcionar abiertamente, va a ser el pueblo saliendo a la calle para agredir a la gente opositora. Digo que eso puede suceder.

¿Usted no cree que el Apra pueda llegar a una alianza con Ollanta Humala?
¡Un militar no dialoga!

Pero las alianzas son normales en una democracia
Transar es traicionar, un militar no va a hacer eso. Sobre todo si se trata de un movimiento de refundación de la República. Por ello se va a eliminar a los opositores, pues van a salir expresiones como que ellos son vendidos al imperialismo

¿Nos esperan momentos peores que los vividos con Alberto Fujimori?
Por supuesto. Es que no va a haber dudas ni murmuraciones.

SABER ENGAÑAR AL ENEMIGO
¿Usted le dio credibilidad a la supuesta pelea entre Ollanta y Antauro?

Ollanta no ha desarrollado una campaña en contra de Antauro, quien le ha hecho la campaña. Ojo que Antauro es el racista, el enemigo de Chile .

El malo que sirve para resaltar al bueno. Esa es una estrategia muy sofisticada para un militar que no era muy brillante...
La astucia forma parte de la formación militar, para saber engañar al enemigo. Es una guerra: nosotros contra los otros. Se llevan las concepciones militares a la política.

Para no criticar a Antauro, Ollanta supo escudarse en la frase "yo amo a mi familia" que ha enternecido a la gente...
Sí, claro. ¿Me quiere decir que Ollanta Humala, como jefe del Estado, no va a indultar a su hermanito? ¿No va a nombrar a su padre de embajador en la Unesco?

GERMEN DEL MESIANISMO
La madre de Ollanta Humala señala que sus hijos se metieron al Ejército porque desde ese lugar era posible un cambio nacionalista. Y tal parece que Ollanta Humala ha madurado ese pensamiento en la Escuela Militar de Chorrillos...
Desde 1930, en las Fuerzas Armadas ha habido una profunda tendencia populista, autoritaria, vertical y con ansias de renovar lo que existe. Muchos de los generales del Ejército que colaboraron con Juan Velasco Alvarado vienen de esa tendencia.

En las aulas del Ejército se les hace creer a los cadetes que ellos pueden ser gobernantes de un país
Para ellos, los civiles somos cobardes, desordenados, irresponsables, no somos patriotas. Se creen los depositarios de la patria y de la nacionalidad.

Los contenidos de la enseñanza en las escuelas de las FF.AA. se guardan bajo siete llaves. ¿Ese es el germen del mesianismo?
Siempre. Es Miguel Grau, Francisco Bolognesi, la eterna costumbre de reivindicar la derrota.

EL SECRETO DE LOS VOTANTES
La gente percibe que Lourdes Flores puede solucionar problemas como la falta de salud y educación, porque tiene un plan de gobierno. Sin embargo, el voto mayoritario es para Ollanta Humala...
Hay una fractura en el Perú que es racial, de clase y regional. Lo que la gente quiere es orden y disciplina. Se encuentran convencidos de que con Ollanta Humala se van a lograr las metas. La gente cree que va a participar en el gobierno.

¿Quién cree que va a ganar en la segunda vuelta?
No me gusta opinar de esas cosas. El grado de volatilidad electoral es tan grande que se puede esperar cualquier cosa. En 25 años, el Perú ha tenido el mayor grado de volatilidad electoral de América Latina.

¿Por qué razones Lourdes Flores ha bajado en las encuestas?
No tiene un perfil político ni social claro. Y eso ha caminado de la mano con la frase de que es la candidata de los ricos. ¿Quiénes la acompañan en las manifestaciones? Siempre aparece sola. Me parece que su entorno no reconoce que las masas populares ya no se quedan calladas, que se movilizan con rabia y ganas de venganza.

¿El empleo no es un eje de campaña?
Cualquier cosa es empleo. La propuesta de los 650.000 puestos de trabajo se la trajeron abajo

VIENDO LA BOLA DE CRISTAL
¿Qué futuro le ve a la Fuerzas Armadas?
Puede que las Fuerzas Armadas dirijan el Perú. Y luego no pregunten las razones de Chile para comprar tanques.

¿Qué le espera al Perú?
No soy optimista. Pero creo saber lo que va a pasar si Ollanta Humala y su familia llegan al poder. Un millón de personas se irán fuera del Perú. Otro millón de ciudadanos van a ser perseguidos brutalmente al estilo de Cuba o Venezuela.

¿Cómo cree que van a recordar al presidente Alejandro Toledo?
Inocuo, vilipendiado, que ha traicionado las expectativas de empezar las reformas. Una persona que no quiso pelearse con nadie. Le faltaron pantalones, caballero.(El Comercio)

Monday, April 10, 2006

ESCÁNDALO EN EL ARTE: VARGAS LLOSA, LA CULTURA DE LAS ARGOLLAS Y EL FRACASO DE LA DERECHA EN EL PERÚ

Escaramuza en Liliput
Escribe: Mario Vargas Llosa,

Cuando cumplió ochenta años, Fernando de Szyszlo, el mayor artista peruano vivo y el más conocido y prestigiado fuera del Perú, recibió sinnúmero de homenajes de sus compatriotas, que le reconocían toda una vida de entrega a la creación y de compromiso con la cultura en su país.

¿Qué ha ocurrido para que apenas ocho meses después decenas de pintores y escultores peruanos firmen manifiestos contra él y lo crucifiquen en entrevistas que a menudo disimulan apenas la hostilidad y la vindicta personal?
Pues ha pasado que los miembros de la directiva del Instituto de Arte Contemporáneo --proyecto privado en gestación-- hicieron saber que el futuro museo llevaría el nombre de Fernando de Szyszlo. Las acusaciones comprenden un vasto registro: vanidad, egolatría, conspiración de una elite oligárquica para privilegiar a 'su pintor', acto de menosprecio contra el resto de los artistas nacionales, y paro de contar. Un interesante episodio para reflexionar sobre el gran arte, la cultura de campanario y las pequeñeces humanas.
El Instituto de Arte Contemporáneo nació en los años cincuenta, por iniciativa de un grupo de aficionados al arte, sin el menor apoyo oficial, y gracias a él los peruanos pudieron conocer a buen número de artistas latinoamericanos y europeos que expusieron en su pequeña y cálida galería del jirón Ocoña, en el Centro de Lima. Yo la recuerdo bien, siempre pasaba por allí a echar un vistazo en mis años universitarios, cuando la dirigía Sebastián Salazar Bondy. El IAC fue la puerta de entrada de los movimientos y escuelas de vanguardia a ese país embotellado que era el Perú, culturalmente hablando. Por eso mismo, el IAC fue una de las víctimas de la dictadura militar del general Velasco Alvarado y debió cerrar sus puertas. Su valiosa pinacoteca solo ha podido ser parcialmente exhibida desde entonces.

Un pequeño grupo de entusiastas lleva años tratando de resucitarlo, haciendo toda clase de esfuerzos, para construir un local propio. Hay que decir que Szyszlo es una de las personas que más entusiasmo y tiempo ha dedicado a este empeño, que, por desgracia, ha tenido muy escaso apoyo de parte de las empresas e instituciones de la sociedad civil y, en lo que concierne al Estado, cuando no total indiferencia, franca hostilidad.
Hace algunos años el IAC realizó una subasta para reunir fondos, de pinturas y esculturas donadas por muchos artistas peruanos y extranjeros. Buen número de los objetores a que el museo lleve el nombre de Szyszlo alegan que ellos donaron obras para aquella subasta y que nunca recibieron información sobre la venta y la manera como se invirtió lo obtenido. En eso, sin duda, les asiste la razón y es necesario que los directivos del IAC suministren cuanto antes la explicación correspondiente. Tengo entendido que en aquella subasta se obtuvo algo más de 600 mil dólares y que con ese dinero se ha construido el esqueleto del futuro museo en un terreno que cedió para tal fin la municipalidad de Barranco. Pero, desde entonces, los directivos del IAC no han podido reunir el dinero que falta para terminar la obra, antes de que se cumpla el plazo en que se comprometieron a inaugurar el local.

Aquí mi historia se interrumpe, para contar otra historia (ambas se juntarán más tarde, como en las novelas) que comienza con el viaje de un importante economista. Estuvo en México y visitó el Museo Tamayo. En Venezuela y conoció el Museo dedicado a Soto. En Colombia lo deslumbró el dedicado a Botero. Y lo mismo le ocurrió en Quito con el de Guayasamín. Se preguntó entonces: "¿Por qué no existe un Museo Szyszlo en el Perú?". Apenas regresó a Lima, reunió a unos amigos y les propuso crear un patronato para reunir fondos destinados a la construcción de un museo que expusiera la obra del gran pintor peruano. La idea fue apoyada con entusiasmo. Hombres ejecutivos, asesorados por excelentes arquitectos, de inmediato buscaron y encontraron una antigua casa de Barranco apropiada para tal fin. Fernando de Szyszlo se enteró de todo esto sorprendido, pues nunca se le había pasado por la cabeza la idea de un museo dedicado a él. Y ofreció donar una importante muestra de su obra a la nueva institución.
Aquí entro yo en la historia, porque, conociendo mi vieja amistad con Szyszlo, los directivos del IAC me llamaron para pedirme que los ayudara en una gestión que acababa de ocurrírseles para salvar el proyecto del IAC, que, debido a la falta de recursos, podía colapsar: proponer a Szyszlo que, a su vez, propusiera a los empresarios que trabajaban en el proyecto del museo dedicado a su obra que fundieran ambas iniciativas en una sola y dedicaran todos los recursos a terminar el Museo de Arte Contemporáneo, el que, por ello mismo, llevaría el nombre del pintor al que querían homenajear.

Hago mea culpa: fui una de las personas que animó a Szyszlo a aceptar dicha propuesta, y él, que es un hombre generoso y que ama a su país, accedió, para que el Perú tuviera por fin un Museo de Arte Moderno. En estos días, leyendo los improperios que llueven sobre él, me digo una vez más que nadie sabe para quien trabaja: queriendo promover una iniciativa que favoreciera sobre todo a los artistas y aficionados al arte del Perú, terminamos llevando a un pintor que admiramos y queremos al paredón y facilitando a todos los que no le perdonan que sea un artista original y fecundo, que exponga tanto en el Perú y en el extranjero, y que sus cuadros enriquezcan tantos museos y colecciones particulares, un excelente pretexto para hacerle pagar caro su talento y su fama.
La envidia que el gigante despierta entre los pigmeos es perfectamente comprensible y, hasta cierto punto, legítima. ¿Cómo no odiarían a alguien que los hace conscientes de su propio fracaso, de su escaso vuelo, acaso de las injusticias que les cerraron a ellos las puertas y oportunidades de triunfar? Lo que nunca he acabado de entender es que la envidia haga presa también de quienes tienen talento y éxito. ¿Acaso el éxito de un artista impide el de otros? En el arte, como en la literatura, el éxito de un colega debe entusiasmarnos, porque un cuadro o un libro no es un producto manufacturado que al triunfar en el mercado derrota a sus competidores. Por el contrario: un objeto cultural crea adicción y aumenta el mercado, obra por la difusión y el éxito de los otros. Entre los firmantes de los manifiestos y diatribas contra Szyszlo hay artistas reconocidos internacionalmente, que gozan de prestigio y venden sus obras a altos precios a clientes que se las disputan. ¿Qué daño les ha hecho ese pintor que, más bien, los ha ayudado, permitiendo que la pintura peruana cruce las fronteras dentro de las que vivía confinada?

Tal vez la explicación esté en el dicho: "Pueblo pequeño, infierno grande". El Perú no es nada pequeño, su territorio es tres veces el de España y su población se va acercando a los treinta millones. Pero en el ámbito de la cultura es todavía Liliput. Y, los creadores de cualquier género viven aquí con un irremediable sentimiento de encierro y marginalidad, de asfixia, lo que exacerba las rivalidades, las guerras intestinas, los odios y emulaciones fratricidas. Y la permanente sospecha de que en este pequeño ámbito no hay espacio más que para uno solo, que si alguien tiene éxito desaparece a los demás. "Tener éxito" en un contexto así significa arrostrar la furia y la enemistad de los colegas. No es extraño, por eso, que tantos escritores y artistas jóvenes sueñen con escapar de esa opresiva trampa y exiliarse a lugares donde crear sea una experiencia más exaltante, menos castradora y sórdida. Yo fui uno de ellos. Desde mi adolescencia estuve absolutamente seguro de que si no escapaba, mi vocación sería derrotada por esa 'madrastra de sus hijos', como llamó a nuestro país el Inca Garcilaso de la Vega.
Szyszlo nunca creyó ni aceptó esto. Para él, crear, pintar, fue siempre inseparable de vivir y luchar aquí, tratar de sacar al Perú de la provincia y el campanario, abrirlo a la modernidad y al intercambio con los grandes centros de la cultura. Y por eso siempre volvió del extranjero a su tierra a seguir dando una batalla cívica y cultural, a la vez que construía su propia obra, rigurosa, ambiciosa y original.
¿Cómo terminará esta escaramuza? En el largo plazo, no me cabe duda alguna. En lo inmediato, me temo que los liliputienses terminen derribando a Gulliver. (publicado en el Comercio el 9-4-06)


Polémica en torno al Museo de Arte Contemporáneo de Lima
La sección cultural del diario La Primera publica hoy un amplio reportaje de Catherine Lanseros con relación a una polémica suscitada en torno a la creación del hasta hoy inconcluso Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Lima. La nota incluye una entrevista al pintor Gerardo Chávez, quien también es entrevistado en Perú 21 sobre el mismo tema. Un nutrido e importante grupo de artistas, al enterarse que el Museo estaría por llevar como nombre el del reconocido pintor Fernando de Szyszlo, prácticamente ha puesto el grito en el cielo y ha emitido un comunicado. "Para llegar a la versión final, lo hemos cambiado seis veces", comenta Chávez en Perú 21. "¿Haciéndolo más 'light'?": "Haciéndolo menos polémico, porque no se trata de herir a nadie ni de hacer hígado". El documento, comenta a La Primera, ha sido firmado, además de Chávez, por "Carlos Revilla, Venancio Shinki, Alberto Guzmán, Enrique Galdós Rivas, Leoncio Villanueva, Elda Di Malio, Benito Rosas, entre otros, además de artistas plásticos jóvenes, poetas, músicos y personajes vinculados a las artes". El comunicado pide que el MAC no lleve ningún nombre propio, que se explique por qué está inconcluso, así como el destino de los fondos obtenidos a través del aporte de los artistas. Y concluye sosteniendo que los firmantes "siempre desearon que la construcción de tan importante centro cultural fuese abierta a un concurso público de Arquitectura (sin olvidar el éxito de algunos arquitectos peruanos en el extranjero) y a la participación de empresas privadas y otras instituciones, para que pueda convertirse en un gran punto de encuentro de la artes plásticas contemporáneas peruanas a favor de la ciudadanía y del turismo".
La historia de cómo se ha venido sucediendo esta discusión pueden leerla completa en el informe de Lanseros. Quiero destacar más bien la acusación de Chávez con relación a una "argolla", pues me trae a la memoria la extensa (en tiempo y número de implicados) polémica entre "andinos" y "criollos" iniciada a partir del Encuentro de escritores peruanos en Madrid en mayo del año pasado. En esta ocasión, Chávez acusa de elitista y antidemocrático al sector que considera que el MAC debe llevar el nombre del prestigioso pintor Fernando de Szyszlo. "¿Hay una 'argolla' que margina a quienes no están en ella?", le pregunta Catherine Lanseros: "Aquí existe eso y es muy antidemocrático, creo que se nos debe dar la oportunidad… Creo que a pesar de todo debemos reaccionar con amor porque queremos construir, que se nos dé nuestro lugar y que estas argollas de ciertos amigotes, que comprendan, que aquí los culpables de estas situaciones como de guerra las crea la derecha, yo creo que eso es. Estamos indignados y a mí no me sorprende para nada que mañana tengamos Humala y pasado otro Humala y así, porque nos crean como odio, situaciones un poco tensas. La verdad es que es embarazosa esta situación, es de una terrible tristeza". En Perú 21 el pintor también dice: "Creo que el grupo de amigos de Szyszlo se quiere y se estima mucho -entre ellos se apoyan-, cosa que no pasa con el resto de artistas". "¿Ve a este grupo como una cúpula?": "Sí, para qué le voy a mentir. Siento que hay una cúpula que resulta peligrosa, porque es sectaria. Se siente superior y, bueno, acoge al mejor escritor, al mejor pintor, al mejor diario, al mejor empresario. Es un Estado cultural que es peligroso porque, mañana, nosotros no vamos a poder reclamar. Siento falta de generosidad de su parte, porque si bien es un grupo preparado, debería extenderse hacia los que no han tenido la misma suerte, democratizarse, no crear ese ambiente de exclusión en nuestro país. Es extrañísimo: uno abre el diario y se encuentra con Szyszlo y Vargas Llosa. Estamos aislados, no hemos tenido la inteligencia de crear un grupo para defendernos".
Definitivamente, esta historia continúa.

Fernando de Szyszlo: Esto no es más que una suma de mezquindades
Fernando de Szyszlo aclara su posición sobre el ofrecimiento que le hicieron de ponerle su nombre al Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y afirma que prefiere alejarse de todo debate.
Fernando de Szyszlo está dolido. La voluntad de ponerle su nombre al Museo de Arte Contemporáneo (MAC) ha generado una polémica de la que se siente ajeno. "Desde el año 55 vengo luchando por un museo de arte contemporáneo para el país. El espectáculo que vemos estos días no es más que una suma de mezquindades, producto de una enorme desinformación".
Como se sabe, la iniciativa de ponerle al MAC el nombre de uno de nuestros pintores más destacados no salió de él sino de su recién formado patronato, encabezado por el ex viceministro de Justicia Pedro Cateriano. Le preguntamos a Szyszlo: ¿por qué no se negó a esta propuesta? "Cómo iba a negarme. Lo que se me propuso fue un acto de inmensa generosidad. No voy a decir más porque no me compete. Quiero alejarme de esta bilis que me es ajena".

LA PALABRA DEL PATRONATO. Ayer, después de varios días de intentos frustrados, Perú.21 al fin pudo comunicarse con Frederick Cooper -del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), entidad encargada, hasta hace poco, de hacer realidad el museo- y con el presidente del Patronato del MAC, Pedro Cateriano. Ninguno quiso pronunciarse sobre el tema. Cateriano, sin embargo, hizo hincapié en que ambos organismos -el IAC y el patronato- tienen personerías jurídicas distintas. Cooper manifestó que, antes de declarar, esperaba reunirse con los demás miembros del Patronato para determinar qué acciones se tomaran.

SIGUEN RECOLECTANDO FIRMAS. Mientras tanto, sigue circulando el comunicado de artistas y personas vinculadas a la cultura que se oponen a que el MAC lleve el nombre de Szyszlo y que, además, exigen cuentas al IAC por las obras con las que colaboraron para la subasta pro fondos. Ramiro Llona, Carlos Runcie Tanaka y otros incluyeron sus firmas el fin de semana.

Más sobre el MAC
La periodista Catherine Lanseros, de la sección cultural del diario La Primera, hace eco de las declaraciones brindadas el día de ayer por Fernando de Szyszlo en Perú 21, con relación a la reacción, vía un comunicado, de un numeroso e importante grupo de artistas respecto a la propuesta por parte del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) para que el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) lleve su nombre (Szyszlo manifiestó que "el espectáculo que vemos estos días no es más que una suma de mezquindades, producto de una enorme desinformación") y ha entrevistado a varios de los pintores firmantes para conocer sus descargos. Así, Venancio Shinki expresa que "Szyszlo no es el problema" y agrega que "él tiene capacidad económica para hacer un museo suyo, y así el Perú tendría dos museos"; Gerardo Chávez recurre a la sicología para explicarse la reacción de Szyszlo ("si hay alguien mezquino es él, proyección se llama eso en psicología"); José Tola prácticamente ordena a la periodista (después de manifestar que lo dicho por Szyszlo le "parece una imbecilidad") que "ponga bien claro que no tiene por qué llamarse museo de Szyszlo"; Elda Di Malio "promete que buscará un diccionario para ver si la palabra mezquino tiene otro significado, uno que ella no conoce"; Benito Rosas comenta que tiene "25 años haciendo arte en este país y eso no es un acto de mezquindad, es un punto de vista. Me parece que el MAC no debe tener el nombre de una persona viva"; Carlos Runcie Tanaka, "con una elegancia que su colega Szyszlo no tuvo", escribe Lanseros, ofrece algunas alternativas al impase diciendo que "cuando los museos deciden hacer un homenaje a alguien, suelen designar una sala que lleva el nombre del artista y alberga su obra, ésta podría ser una solución". Por otro lado, Pedro Cateriano, "presidente del patronato creado para terminar el MAC y que decidió ponerle el nombre de Fernando de Szyszlo", y Frederick Cooper de la directiva del IAC, se han limitado a manifestar que no brindarán declaraciones, y que dentro de unos días publicarán "en una página web el balance de la institución, para que lo vean quienes lo deseen". Perú 21 recoge esta misma información de parte de Cateriano y Cooper hoy en su sección cultural.

Artistas a Szyszlo: “Nuestra posición no es mezquina”
Tras días de silencio, Fernando de Szyszlo respondió a los artistas y amantes del arte que firmaron un comunicado pidiendo que el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) que se construye en Barranco no lleve su nombre, entre otras cosas.
Szyszlo refirió ayer en otro diario que desde el año ‘55 viene luchando por un MAC para el país, y que “el espectáculo que vemos estos días no es más que una suma de mezquindades, producto de una enorme desinformación”. Además, preguntado sobre por qué no se negó a que el MAC llevara su nombre, Szyszlo señaló: “Cómo iba a negarme. Lo que se me propuso fue un acto de inmensa generosidad. No voy a decir más porque no me compete. Quiero alejarme de esta bilis que me es ajena”.
Ante esto, importantes artistas plásticos del país han decidido no callar. Creen que no son ellos los mezquinos, que Szyszlo sí debió negarse, y están de acuerdo en que sobre el MAC hay desinformación, pero originada por el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), que preside Frederick Cooper, y conforman algunos otros amigos de Szyszlo. Acto de generosidad, creen ellos, hubiera sido que el MAC sea de todos como se planteó en un inicio, y no de un solo artista.

Un espejo, por favor
Le contamos al artista Venancio Shinki lo que manifestó Szyszlo, eso de la mezquindad. “¡Ay Dios, no sé cómo responder a esa afirmación de Szyszlo! (El problema) ahí no es Szyszlo, sino la nueva administración de Cateriano y un grupo de amigos de Szyszlo.
Todos esperamos desde hace tiempo, donamos obras para que se tenga dinero y se haga el museo. Los amigos extranjeros me llaman porque se han enterado de lo que está pasando y me dicen ‘he dado mis obras para crear el MAC del Perú, no el de Szyszlo.
Mire, él tiene capacidad económica para hacer un museo suyo, y así el Perú tendría dos museos. Esto me parece una cosa tremenda”, nos comentó Shinki, apenado.

Su colega Gerardo Chávez también está desconcertado. “Creo que él (Szyszlo) se está planteando a sí mismo, porque si hay alguien mezquino es él, proyección se llama eso en psicología.
Creo que Cooper y ese grupo deben entregar ese patronato a otra gente. Están regalando a Szyszlo, generosamente como él lo dice, el nombre de un museo con dinero del municipio, porque el terreno es de Barranco, y con un esfuerzo de todos los artistas que dimos obras para que lo construyan.
El señor Szyszlo dice que desde el año ‘55 él está luchando para que el país tenga un MAC, pero jamás se pensó, o él sí lo pensó en todo caso, que se iba a llamar Szyszlo”, anotó Chávez.
El pintor José Tola, siempre punzante, expresó sin medias tintas lo que piensa de lo precisado por Szyszlo: “Me parece una imbecilidad eso, de dónde puede sacar que somos mezquinos. ¡Por qué el museo tiene que llevar el nombre de Szyszlo, si es un MAC del Perú, no de alguien! Ponga bien claro que no tiene por qué llamarse museo de Szyszlo”.

Algo de sentido común
“Cómo Szyszlo puede pensar que es un acto de mezquindad o nos dice mezquinos a los artistas que donamos obras para que se haga el MAC, aun sabiendo que está dirigido por una cúpula.
Lo hicimos porque estamos por encima de eso y queremos un museo colectivo para el país”, enfatiza Elda Di Malio, y promete que buscará un diccionario para ver si la palabra mezquino tiene otro significado, uno que ella no conoce. No lo puede creer. Pero Szyszlo, señora Di Malio, ha declarado que no pudo negarse a que el museo lleve su nombre porque se lo ofrecieron en un acto de inmensa generosidad.
“Creo que hubiera sido más generoso negarse a eso y entregárselo a todos los artistas. Si hubo una donación especial para que se haga el museo de Szyszlo, debieron ser dos cosas distintas”, nos contestó la destacada artista. Benito Rosas fue contundente, como las piedras que esculpe. ¿Se siente mezquino por haber firmado el comunicado? “Tengo 25 años haciendo arte en este país y eso no es un acto de mezquindad, es un punto de vista. Me parece que el MAC no debe tener el nombre de una persona viva”. Los artistas también han subrayado que siempre desearon que la construcción del MAC fuese abierta a un concurso público de arquitectura. Sobre esto, Rosas indicó: “Un museo es el rostro de un país, ése es un problema nacional y acá parece ser un problema de amigos. En el Perú hay excelentes arquitectos que debían ser convocados y eso no me parece mezquindad o egoísmo, es un mínimo de sentido común. Cooper puede ser un buen arquitecto, pero estoy seguro de que aquí hay tan buenos o mejores arquitectos que él.”

El artista Carlos Runcie Tanaka nos dio su opinión con una elegancia que su colega Szyszlo no tuvo. “No se trata de quitar méritos al maestro Szyszlo, cuyo aporte a la plástica peruana es innegable. Cuando los museos deciden hacer un homenaje a alguien, suelen designar una sala que lleva el nombre del artista y alberga su obra, ésta podría ser una solución. Para mostrar su obra y sus colecciones particulares, muchos artistas forman fundaciones. Tal es el caso de la Fundación Ineri-Ann Harithas, Fundación Oswaldo Viteri, Fundación Ricardo Migliorisi y muchas otras. Éste podría ser también un ejemplo a seguir. En un país con alto déficit de instituciones culturales, los problemas deben ser resueltos dejando de lado intereses personales y buscando integrar en lugar de desunir. Se debe llegar a una solución que permita que el MAC sea una pronta realidad”. Un deseo de Runcie que todos sus colegas y amantes del arte peruano de seguro comparten.

Sin comentarios
Ayer La Primera logró comunicarse con Pedro Cateriano, presidente del patronato creado para terminar el MAC y que decidió ponerle el nombre de Fernando de Szyszlo. Pero Cateriano sólo manifestó: “Por el momento no voy a dar declaraciones, es todo lo que tengo que decir”.
Por su parte, el arquitecto Frederick Cooper nos indicó que la directiva del IAC había resuelto que “no vamos a hacer ninguna declaración sobre este lamentable incidente. Sólo publicaremos en una página web el balance de la institución, para que lo vean quienes lo deseen”, aunque no pudo precisar aún cuándo ni en qué dirección electrónica.

“El MAC no debe llevar el nombre de Szyszlo, ni de ningún otro”
A inicios de este año, un grupo de políticos creó un patronato presidido por el abogado Pedro Cateriano, para apoyar al Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) en el relanzamiento de las obras del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Lima, y decidió ponerle al museo el nombre de Fernando de Szyszlo.

Los artistas plásticos que en 1998 donaron sus obras con el fin de recaudar fondos para construir el museo se enteraron por un diario, nadie les informó ni les consultó nada.

Así que renombrados pintores, intelectuales y amantes de la cultura han suscrito un fuerte comunicado pidiendo que el MAC no lleve ningún nombre propio, y que se explique por qué quedó inconcluso, así como el destino de los fondos que se obtuvieron gracias al aporte de los artistas.

A continuación, el reconocido pintor peruano Gerardo Chávez nos explica las razones.

–¿Por qué les cayó como baldazo de agua fría, a usted y otros artistas, la noticia de que el MAC se llamaría Fernando de Szyszlo?
–En ninguna parte del mundo los MAC llevan un nombre personal, para comenzar. No sé cómo el colega Szyszlo ha aceptado, no sé si es la vanidad o qué se yo, pero yo hubiera renunciado porque no me parece justo que en un país como el nuestro, donde deberíamos estar construyendo, uniéndonos para tener una imagen mucho más fuerte y hacer cosas más importantes, tengamos que recurrir a la vanidad y cosas por el estilo que crean malestar.

–¿Dónde se origina la idea de hacer un MAC?
–Es una historia que nace un poco descuartizada en alguna parte, porque se funda por los años ’50 el IAC, que es el Instituto de Arte Contemporáneo, donde muchos artistas, incluso extranjeros, entregaron obras para que existiera este museo un día. Entre los fundadores del IAC estaban Cartucho Miró Quesada, Sebastián Salazar Bondy, Maniecheca, el mismo Szyszlo, creo yo. Así que desde los ’50 se vino arrastrando la idea de hacer un MAC, pero este grupo se quedó muy encerrado en ellos mismos, no dieron a saber lo que se iba a producir un día con el museo o las obras de arte…

–Y el tema de hacer un MAC se retomó pocos años atrás…
–Un buen día, creo que el entusiasmo del arquitecto Freddy Cooper creció y se reveló él como quien estaba proporcionando el nuevo proyecto para el MAC. Yo lo felicito porque es un tipo de mucho entusiasmo, él ha querido verdaderamente hacer este museo, o hacer una arquitectura que corresponde totalmente a sus ambiciones y creo que ahí estuvo la pata coja de la mesa. Él no consultó a nadie, se ha podido convocar a un concurso arquitectónico o hacer un movimiento majestuoso, una cosa maravillosa, pero ya él había presentado su maqueta y él quería hacer el museo.

–Entonces la iniciativa de Cooper de hacer el museo vino junto con un diseño hecho por él.
–Sí, yo creo que del entusiasmo de Freddy Cooper, siendo presidente del IAC y al mismo tiempo el arquitecto que iba a hacer este museo. Pero este museo nadie lo aprobó, ninguno que no fuera del IAC.
Ellos dicen, de dónde vamos a sacar fondos, y entonces Cooper recolecta obras de arte de pintores peruanos importantes y de extranjeros. Se les pide obras a Antonio Seguí de Argentina, José Luis Cueva de México…
En fin, toda gente que pasó por el Perú y que le tenía un cariño especial dio su aporte, se hizo un remate en el año ’98, y se consiguieron 600 mil dólares.

–¿Les informaron a quienes donaron obras cómo se gastaría el dinero?
–Se dijo que iba a servir para hacer el MAC y que había empresas privadas que iban a asociarse para juntar una bolsa que permitiera hacer un museo importante, que la arquitectura iba a ser de primera y todo lo demás. Pero ya nosotros teníamos cierta duda porque no veíamos la maqueta del museo, ni nada. No hubo ninguna otra información. Sabíamos que desde los años ‘98, ‘99, había 600 mil dólares recaudados por este grupo de amigos del IAC. Ese dinero a nuestros días ha podido dar una renta, no sé quién llevaba la tesorería de este grupo.

–Entonces hasta hoy no rinden una sola cuenta…
–No. La única cuenta que supuestamente se ha rendido es que en coordinación con la alcaldía de Barranco consiguieron un terreno y ahí se han dibujado las formas que serían del próximo MAC.
Nosotros estuvimos contentos, finalmente vamos a tener un MAC, nos pareció extraordinario, imagínate tú, no hay artista peruano que no se sienta bien ante eso, una idea que siempre fue entusiastamente llevada por Cooper, eso no se niega.

–Hasta que el museo de todos se convirtió en el museo de uno.
–Nos sorprendió que el 12 de febrero pasado anunciaran en un diario un nuevo grupo formado por Kuczynski, Roberto Dañino, Pedro Cateriano… No sé, para mí son siempre los mismos, y si no lo son, se parecen. Entonces, ¿qué piensa hacer ese nuevo patronato? Que el MAC lleve el nombre de Szyszlo.

–¿Por qué no es usual en otras partes del mundo que un MAC lleve el nombre de una persona?
–Porque el MAC está hecho como símbolo de una ciudad, un pueblo. Además, la obra que se hace ahora no va a ser contemporánea en 50 años. Podemos llamar Museo de Arte Moderno a aquellos como los museos Tamayo o Botero, hechos por empresas privadas o por los artistas mismos, para acoger sus propias obras y también de otros.
Pero contemporáneo se refiere a un determinado tiempo, sería un error. Lo mismo pasaría con una Biblioteca Nacional, no debería llevar el nombre de un escritor porque es de todo un pueblo, un país. Creo que hasta es un convenio entre museos del mundo que si el museo es nacional, no puede llevar el nombre de una persona.

–En todo caso, cuando se pidió obra a los artistas, se les debió advertir que el museo llevaría un nombre personal…
–No se nos dijo, porque esto no se hace. Ellos sólo acudieron a pedirnos obras para construir este museo. No se nos debe utilizar para enriquecer los egos de otros. ¡No puede ser! O estamos en un mundo colectivo, o no sé qué.

–¿Pedro Cateriano, presidente del nuevo patronato, o alguien más los ha convocado para informales de su creación?
–No, para nada. Creo que todos los colegas e intelectuales con quienes hemos conversado están indignados por lo que nos toca vivir en este momento. Todos estamos de acuerdo en que debemos escribirles y pedirles cuentas, qué se hizo con ese dinero y que se porten como gente con nosotros, que somos también artistas del Perú.

–Ofende quizá que ustedes sean artistas para pedirles obras y recaudar dinero, pero para tomar decisiones ya no…
–Pero claro, es ahí donde nos sentimos usados, no ha habido ninguna sugerencia, no nos han pedido absolutamente nada, y creo que mañana tampoco nos pedirán cuadros para que hagan parte de este museo, porque seguramente no estamos a la altura ni tenemos calidad de pintores para poder ser parte, eso supongo. Hay una falta de generosidad de ese grupo al no hacer participar a sus otros artistas de lo que ellos vienen haciendo o quieren hacer, eso nos pone en un estado de amargura.

–¿Hay una “argolla” que margina a quienes no están en ella?
–Aquí existe eso y es muy antidemocrático, creo que se nos debe dar la oportunidad… Creo que a pesar de todo debemos reaccionar con amor porque queremos construir, que se nos dé nuestro lugar y que estas argollas de ciertos amigotes, que comprendan, que aquí los culpables de estas situaciones como de guerra las crea la derecha, yo creo que eso es. Estamos indignados y a mí no me sorprende para nada que mañana tengamos Humala y pasado otro Humala y así, porque nos crean como odio, situaciones un poco tensas. La verdad es que es embarazosa esta situación, es de una terrible tristeza.


El comunicado de los amantes del arte peruano
Ya fue firmado por importantes artistas plásticos peruanos como Carlos Revilla, Venancio Shinki, Alberto Guzmán, Enrique Galdós Rivas, Leoncio Villanueva, Elda Di Malio, Benito Rosas, entre otros, además de artistas plásticos jóvenes, poetas, músicos y personajes vinculados a las artes.

Cabe anotar que el comunicado concluye diciendo que los firmantes “siempre desearon que la construcción de tan importante centro cultural fuese abierta a un concurso público de Arquitectura (sin olvidar el éxito de algunos arquitectos peruanos en el extranjero) y a la participación de empresas privadas y otras instituciones, para que pueda convertirse en un gran punto de encuentro de la artes plásticas contemporáneas peruanas a favor de la ciudadanía y del turismo”.

Pintor en su tierra
Gerardo Chávez ha iniciado, con su propio dinero, la construcción de un museo en Trujillo, su ciudad natal, donde albergará no sólo obras suyas, sino también otras tantas de destacados artistas latinoamericanos. “Lo voy a legar a la ciudad de Trujillo. Ahora, que lo llame Gerardo Chávez o Juanita Pérez no tiene importancia, lo que tiene importancia en este museo es lo que va a tener dentro y lo que va a saber ofrecer al público”, señala el artista. Y es que en este caso se trata de un proyecto personal, a diferencia del MAC de Lima, que es un proyecto colectivo, para el país.

Más datos
La Primera quiso recoger la versión del arquitecto Frederick Cooper, pero en su oficina nos informaron que estaba fuera de Lima. Tampoco nos fue posible, hasta el cierre de esta edición, comunicarnos con Pedro Cateriano. Por otro lado, fuentes cercanas al IAC señalaron que con los 600 mil dólares recaudados en la subasta de obras se ha construido lo que hay hasta ahora, es decir, el cerco y las estructuras (ver foto). Además, reconocieron que no han informado aún a los artistas del uso que se dio al dinero recaudado gracias a ellos.

Ramiro Llona revela más líos en el MAC
Ramiro Llona, uno de nuestros artistas plásticos más importantes, confiesa que él, al igual que decenas de artistas y amantes de la cultura peruana, piensa que el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), que se levanta en Barranco, no debe llamarse Fernando de Szyszlo, pues fue concebido como un proyecto nacional. Sin embargo, cree que el problema con el museo va mucho más allá, y revela por qué. Catherine Lanseros

–¿No se convertirá esto –como ocurrió con los escritores– en un pleito tipo costeños vs. andinos?
–¡No! No es ni costeños versus andinos, ni abstractos contra figurativos o Bellas Artes contra la Católica. Cuando di mi primera opinión sobre este tema, ni siquiera me había llegado el comunicado, sino que había leído las declaraciones de (Pedro) Cateriano, y a raíz de eso hablé. Así que esto es un esfuerzo de personas, no nos equivoquemos.

–Pero Szyszlo se lo tomó a pecho. Dice que es una “suma de mezquindades” pedir que el MAC no lleve su nombre.
–Uno de los grandes errores de la respuesta de Szyszlo, que es incomprensible e insultante, es que está transformando esto en algo personal cuando no es así, es con una institución. Todos los artistas han sido enfáticos en eso y algunos hasta han manifestado su respeto por él y que merece un museo, pero con fondos propios, en otro proyecto.

–Como suelen hacer los artistas que quieren un museo con su nombre…
–Exacto, meten la mano al bolsillo y ponen el dinero, él y quienes lo quieren apoyar. Estoy muy preocupado porque Szyszlo dice que falta información y sí, falta, pero esa falta viene de ellos, y lo poco que informan es terrible.

–¿A qué se refiere?
–La inquietud viene de hace tiempo porque el diseño del MAC se hizo sin concurso, porque no abrieron el proyecto. Es su derecho, son una entidad privada, pero si han sacado la mano y están a cargo de un proyecto nacional, tienen la obligación moral y ética de compartir. Hace un año, cuando expuso en la Maison de L’Amérique Latin, Szyszlo dijo cosas que llamaron la atención; que él iba a donar esos cuadros al museo ¡40 ó 50 y el museo no es muy grande! Y dijo que en el MAC no entrarían instalaciones. A la gente joven le pareció extrañísimo.
Eso, más lo dicho por Cateriano y la reacción de Szyszlo, revelan que esto es algo con nombre propio. Ahora, Cateriano dijo algo que encuentro peligroso; que por si acaso es otra persona jurídica, el IAC y el MAC son cosas distintas.
Ahí habría que llamar la atención del alcalde de Barranco porque el contrato es con el IAC, no con el MAC. No sé si están trayendo las malas artes de la política al campo del arte...

–Los señores Cooper y Cateriano no quieren hablar sobre este tema, pero ciertas fuentes señalan que el IAC ha firmado un contrato por el que cede, al patronato de Cateriano, los derechos para terminar el museo y administrarlo. ¿Saben de eso?
–No, pero uno no es tonto y lee entre líneas, así que la poca información dada basta para estar indignados y en alerta. No creo que esto se resuelva con que alguien se ofenda y que la directiva decida no declarar, pero el problema va más allá. El IAC es el “dueño” del proyecto del MAC del Perú, según Szyszlo desde el año 55. Eso es lo grave, porque así como no puede haber dos selecciones nacionales de fútbol, hay un solo proyecto de MAC. Sé que hubo intentos de lanzar proyectos de arte contemporáneo, pero fueron minimizados o acallados por el IAC, porque ya existía un proyecto. Entonces bacán, que nos devuelvan los 6oo mil dólares, ¿pero quién nos devuelve 30 años de gestiones? No dejaron que el MAC se diera de otra manera, pasó el tiempo, el MAC desaparece y es un museo para una persona.

–¿Está de acuerdo en arreglar esto poniendo el nombre de Szyszlo a una sala del MAC?
–No, ¿por qué habría una sala Szyszlo? Entonces hagamos también una para Emilio Rodríguez Larraín, para Eielson, para Humareda ¡Hagamos el museo en el campo de la U! No puede ser… Esto va en una dirección que no es la que los artistas pensábamos, ni la que la ciudad merece.

–Veo que lo del nombre del MAC ha sido el detonante de varios conflictos que se arrastraban, por decisiones polémicas tomadas sin consultar…
–Exacto, pues algo que también preocupa mucho es el guión museográfico. Es como hacer una biblioteca nacional y ponerle el nombre de un escritor vivo y ocupar el 70% de los archivos con todas las ediciones en todos los idiomas, que han salido de sus libros. No se trata de eso, esto es un proyecto nacional.

–Cuando les pidieron obras para subastarlas, ¿no les presentaron un guión museográfico?
–No. Mire, cuando se hizo la subasta tuve mi primera gran sospecha, porque en la cubierta del catálogo pusieron la reproducción de un cuadro de Szyszlo. No me pareció bien porque si todos dimos obras con la misma generosidad e intención, ¿por qué iba a salir la obra de uno de los pintores en la carátula? Ya había ahí algo por lo que debimos protestar públicamente, porque a voz baja se protesta todo el tiempo.

–Varios creen que Szyszlo y sus amigos del IAC y el nuevo patronato son una élite que excluye a otros artistas ¿Tiene usted esa percepción?
–Siempre habrá una élite, pues hay quienes tienen acceso a mejor educación, a los circuitos económicos, a la política… Pero una élite debe dar el ejemplo, justamente porque tuvieron mejor educación. Cuando se hacen cargo de un proyecto de interés nacional, deben comportarse de una forma más democrática. Además, creo que éste es el único patronato cuyos integrantes no han aportado. Vas al Museo de Arte Moderno en Nueva York o a la Ópera Metropolitana y lees la lista de “patrons” o “trusties”, que son los donantes. Acá no, el primer gran capital que hubo fue el aporte de los artistas. No ha habido la voluntad de meter la mano al bolsillo y aportar.

–Ni mucha eficiencia, al parecer…
–Así es. Ahora, sé que este segundo impulso para el MAC ha venido de la Superintendencia de Bancos, y ése es un organismo estatal, ¿o me equivoco? Tengo la información de que la superintendencia ha agrupado a bancos, AFPs y amigos para que aporten fondos. Sería interesante saber cómo está funcionando esto.

–¿Cómo solucionar todo para que el MAC no termine como un cementerio de fierros?
–El problema es que con el silencio del patronato y la actitud de ofensa de Szyszlo, esto se convierte en un asunto de “o hacemos esto, o no hacemos nada”. Es como entrar a la segunda vuelta y escoger entre el menos malo de los candidatos. Hay que insistir en que abran el proyecto y lo lleven en la dirección inicial.
Ahora, si amparados en eso de la nueva persona jurídica siguen haciendo lo que les viene en gana, pues pasarán a la historia como quienes llevaron un proyecto de espalda a las reales necesidades de la ciudad. Pero al menos habrán liberado el verdadero proyecto del MAC y habrá que empezar de cero, esta vez más atentos.

Es con el IAC
Consultado por La Primera, Martín del Pomar, alcalde de Barranco, manifestó que en efecto el contrato para el uso del terreno donde se construye el MAC, está firmado con el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) y no con el nuevo patronato. Que no ha sido informado sobre el contrato que habría entre el patronato y el IAC, pero que hará las verificaciones pertinentes para establecer las consecuencias legales que pudieran surgir.

Carlos Revilla: Aquí hay una argolla
El debate sobre el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) continúa. Al pintor Carlos Revilla no le importa el dinero, pero cree que Szyszlo debe negarse a que el MAC lleve su nombre.

¿Por qué firmó el comunicado?
Porque me pareció una falta de ética que el MAC llevara el nombre de Szyszlo. En general, los museos no llevan el nombre de un pintor. Y si éste quiere hacerse su museo, no utiliza el dinero de la venta de cuadros de otros pintores.

¿Una falta de ética de Szyszlo o del Patronato?
Del Patronato. Creo que Szyszlo no debió aceptar esta propuesta. Lo mínimo que debe hacer una persona que está en vida es no aceptar estos homenajes.

Szyszlo nos dijo que le pareció un gesto de generosidad.
¿Generosidad? ¿Hacia quién? Hacia él mismo, claro. Insisto, es una cuestión de ética. Los museos deben ser para todos, no para una persona. Ahora, la protesta no viene solo de nosotros los pintores; hay intelectuales, escritores, coleccionistas, a quienes esta propuesta nos parece absurda.

¿Qué piensa de la postura del Instituto de Arte Contemporáneo y del Patronato de guardar silencio?
Yo no sé qué pasa acá. Supongo que tienen un compromiso con Szyszlo y, por eso, no quieren dar marcha atrás. Ahora, si la gente del Patronato insiste en el nombre -por presiones económicas o las que fuesen-, entonces que sea el museo de Szyszlo y punto. Eso sí, ningún pintor dará un cuadro para ese lugar. Pero ya se han aprovechado de parte del dinero de las obras vendidas, que son 600 mil dólares.

¿Usted pediría alguna devolución?
Bueno, no nos quedaría más remedio que tomar esto como una donación.

Se dice que la mayor parte de lo recaudado en la subasta no vino de artistas peruanos.
Eso es normal en el mercado del arte. Tengo entendido que se ofreció una obra de Botero. Naturalmente, un cuadro de Botero es más caro que una obra de un artista peruano. Nosotros no protestamos por el dinero; lo hacemos por una cuestión de ética. Pero en este país pasa de todo; habrá que aceptar la argolla de estos señores.

Si los ven como una argolla, ¿por qué donaron sus obras?
Porque, en un inicio, no iba a ser el Museo Szyszlo; iba a ser un museo de arte contemporáneo.

¿Hay un cambio de reglas?
No sé qué pensar. Quiero decirle a Szyszlo, con todo el respeto que se merece, que no es ético ni correcto que acepte. Punto.

Como Ramiro Llona, ¿usted cree que el Museo de Arte puede tomar la posta y hacer el MAC?
Claro, me parece lógica esta propuesta. Esto no es contra Szyszlo. Si hubieran decidido ponerle el nombre de otro artista, también habríamos protestado. Él es un gran artista y un intelectual de primer orden. Por eso, debe darse cuenta de que no es correcto lo que le han propuesto.

¿Usted se sentaría con la gente del Patronato para encontrar una solución?
Si me convocan, sí. Es más, hasta podría donar otra obra si se necesita hacer otra subasta.

Wednesday, April 05, 2006

IRIGOYEN CONTRA TODO

¿Cómo asumes la buena acogida de Lesley Gore en el infierno por la prensa?
Tranquilo, pues considero como poco relevantes todos los méritos que he recibido.

¿Tanto así?
Es que la función del crítico literario en el Perú ha sido tomada por muchos periodistas que no tienen la preparación para opinar sobre un libro. Personalmente me interesa que la crítica venga de gente especializada, que haya estudiado literatura. No creo que un periodista que ha estudiado ciencias de la comunicación pueda formular un juicio de valor estimable frente a un poemario o una novela.
A pesar de que mucha gente se deja orientar por las críticas o reseñas en los medios para buscar libros de autores jóvenes…
Eso es normal. Acá en el Perú nadie va a una librería a buscar un libro de literatura, menos de poesía, por mero interés de lector, sino más bien orientándose por lo que dice la prensa. Y es aquí donde la lectura de la gente peligra, pues se deja llevar por la escasa preparación literaria en los medios de prensa al momento de afrontar la crítica a un libro de literatura.

¿Pero crees que esto sucede solo con los autores jóvenes?
No, pues la prensa también comete el error de celebrar excesivamente a los llamados «poetas de edad», o sea, a los poetas de los sesenta y setentas. Un caso es Watanabe y su Habitó entre nosotros, un libro que no renueva nada en absoluto y que es presentado como grandioso; o el caso de Marco Martos, con su decadente Jaque perpetuo. La crítica de los medios no advierte eso. No puede. Desde hace más de veinte años que Marco Martos no entrega nada bueno, y viendo a Watanabe cualquiera puede pensar que la poesía peruana va para arriba, cuando no es así.

¿Frente a lo que dices, toda crítica es buena?
Cuando es constructiva, sí. A mí me sorprende que aún haya gente que piense que en los últimos 15 años la poesía peruana tiene buenos exponentes, cuando solo hay buenos libros. Una tradición poética no se consigue solo con buenos libros, sino con proyectos, con una idea de base consolidada, que pueda leerse de cabo a rabo. Acá existen buenos poemarios y poetas, pero no proyectos de verdad.

Que consoliden una obra…
Claro, algo más allá que escribir libros a granel. Al poeta actual le falta consolidación; en los noventa, ¿quién más allá de Miguel Idelfonso o Alberto Valdivia tienen una obra continua, organizada? Nadie. Idelfonso posee tres libros interesantes, algo excesivos, pero con un valor inestimable para estos últimos años. Valdivia puede ser ampuloso y desbordante pero en sus dos poemarios se observa un proyecto muy coherente, con un lenguaje sobresaliente para el pobre nivel de nuestra poesía actual.

Y así llegamos a la poesía de los noventa…
Que es la menos interesante; que ha preferido seguir la línea de los poetas anteriores, la anglosajona, de Cisneros y sus discípulos, y la de la experimentación, como Sánchez-Piérola. Por ejemplo él en Ego puto muestra un experimentalismo pueril, un gusto enorme por tontear. Realmente, el gran problema de la poesía de los noventa es su falta de conciencia ante la coyuntura. Hubo muchos grupos que tuvieron cierta claridad, como Neón o Noble Caterva, que dentro de todo lo deleznable fueron durante un tiempo lo mejor de esta generación, que tiene poco valor y que parece haber caído en un hoyo negro.

Muchos pueden pensar que lo que dices es por demás gratuito
Es que la gente cree que digo esto por fregar, pero yo los invito a revisar una antología de esa época y se darán cuenta de que si ahora tenemos poetas malos, por aquellos tiempos batimos todos los récords.

Dentro de los contextos, ¿qué le corresponde a los noventa?
En los sesenta, Lima tenía 2 millones de habitantes; ahora tenemos 9. Por razón de perspectiva, sin culpar a los poetas, nuestra coyuntura actual es pobre. Esto se arrastra de los noventa, un período chicha, en el que la dictadura adormiló a los poetas. Y ahora ellos son los hijos del terrorismo urbano, que por entonces no tenían conocimiento de lo que sucedía a kilómetros, salvo por uno que otro coche-bomba. Son poetas que no han tenido una perspectiva real de lo que pasó; por eso, ante una experiencia nula y una mala asimilación de lo propio solo les quedó escribir sobre la base de lo anterior o simplemente experimentar. Y los resultados han sido pobres. Aquí se marca la involución a la poesía: no hay una adecuada óptica de la realidad.

¿Con todo esto dónde queda el poeta joven?
No lo sé. Con decirte que aquí no hay un Premio Nacional de Literatura desde 1977. Somos el único país en América Latina que no lo tiene; es decir, no hay un incentivo mínimo del Estado ni de las instituciones para el poeta.

¿Es el Perú una tierra de poetas?
El Perú mantiene un buen nivel, incluso ahora, a pesar de que hemos perdido mucha calidad. Al escuchar hace poco a unos poetas argentinos pude comprobar esto: lo mejorcito de ellos se mantiene a la par con nuestra actual irregularidad. Ahora nuestra tradición se ha visto disminuida a esto, a bajar al nivel de la poesía argentina o colombiana.

Sobre esto último, Enrique Sánchez Hernani, refiriéndose al caso de Colombia, mencionaba que siempre mantuvo un nivel bueno, óptimo de poesía, pero que nunca tuvo uno alto, como en nuestro caso…
Estoy completamente de acuerdo con Sánchez Hernani. Acá hemos tenido muchos altos y bajos, muchos Cubillas y Waldir, esa es la realidad. Colombia no posee hitos determinantes, como nosotros con Vallejo o Eguren. Igual sucede con la poesía venezolana, boliviana o ecuatoriana: no tienen picos ni momentos claves. Ecuador por ejemplo tiene el caso de Adoum, que es un gran poeta, pero que no ha marcado un cambio en su contexto, como sucede aquí con Vallejo, quien se barre las dos generaciones siguientes, y luego con Hinostroza, Cisneros y Hernández hasta llegar a los ochenta. De ahí todo parece ser igual, con la onda coloquial, la poesía pop. Ante la ausente renovación de cánones en nuestra literatura se ha creado una ruptura que escenifica la falta de calidad de nuestra poesía actual. Nosotros, los poetas del noventa, somos la continuación del fracaso que se inició en los ochenta. Esta se mantiene en la actualidad, con los poetas jóvenes.

¿Vale la pena publicar en el Perú?
No. Aquí, para publicar, tiene que prevalecer en ti la vanidad. Si piensas que vas a recuperar lo invertido estás mal. En sí, todo es cuestión de darle tu libro a los amigos, a los críticos, y esperar las pocas reseñitas que puedan salir en los diarios. Y el hecho de que no exista una crítica de verdad en este país conlleva a que casi todos los libros publicados, como el mío, lleguen a no más de cien personas.

¿Publicar poesía en el Perú es un acto suicida?
Lo es. Aquí no creo que existan muchos imbéciles que tiren su plata para publicar un libro que casi nadie comprará, a menos que esperen sentados a que Peisa o Campodónico los visite: algo imposible, que solo le toca a un Cisneros o a un Martos. El que se publica, como yo, únicamente puede aspirar a recuperar una parte de su inversión.

¿Y la ley del libro?
No sirve, los libros continúan y continuarán caros. Acá vas a una feria y todo es carísimo; el colmo es cuando llegas al stand de Peisa y te topas con la última novela de Cueto. Considero que lo mejor en una feria son los stands de libro viejo, definitivamente.

Frente a esto, ¿qué opinas de la piratería?
Yo sí la justifico. Gianmarco o Suárez Vértiz se quejan de la piratería, cuando deberían estar agradecidos pues por medio de ella llegan a mucha gente que recibe un sueldo mínimo y no puede adquirir un CD original. Aquí alguien que quiere leer a Vargas Llosa no se va a gastar los setenta soles que te pide Peisa, que para eso es una tremenda conchudez; no, tiene que recurrir modestamente a comprar su edición pirata. Yo no le puedo exigir a alguien que gane trescientos soles que compre mi libro de 15. Si lo consigue a tres soles, pues bien.

¿Te sentirías halagado si piratean tu libro?
Totalmente, me encantaría, aunque aquí nadie piratea poesía, salvo a Vallejo. Creo que todos los poetas deberían sentirse halagados si se encuentran pirateados en la calle; es más, deberían piratearnos de una buena vez en lugar de hacerlo con Bryce. Ahora, hay que resaltar las ediciones de los periódicos, que son bonitas, sencillas, y muy cómodas.

¿Qué opinas de los suplementos culturales?
Bueno, El dominical en sí es el suplemento de Alonso Cueto, de Thays, de Ampuero, los mismos de siempre, que libro tras libro demuestran que no han ganado nada. En sus páginas se ve que no hay nadie que imponga una renovación. De por sí es previsible: yo te puedo decir palabra por palabra qué sale ahí este domingo, los libros que van a comentar, el tipo de crítica aduladora a Bryce, el amiguismo en su máxima expresión. Por otro lado, Identidades me parece una publicación mucho más seria, más académica. Incluso criticaron un artículo mío, pero de manera tangencial. A mí me hubiera gustado que me contradigan frontalmente, pero, bueno, hasta ahora sigo esperando.

¿Revisas literatura en internet?
No, aún no puedo habituarme a ese tipo de lectura. Yo sigo pegado al papel. Tengo un apego especial por el libro como objeto físico, tanto así que la sola idea de quemar uno me irrita; no tiene ningún sentido hacer eso con un libro, salvo los de Verástegui. (Jajaja).

¿Qué opinión tienes en torno a la poesía femenina peruana?
Salvo María Emilia Cornejo, quien ha dejado poemas extraordinarios, no existe. Bueno, existió hasta finales de los ochenta con Patricia Alva. Hubo intentos como Ana Varela Tafur, quien comenzó bien. Ahora hay buenas perspectivas como Lucía Guerrero o la última entrega de Elisa Fuenzalida, que si bien es interesante respeta mucho el canon y no propone otros planteamientos.

¿Y los casos de Carmen Ollé, Rocío Silva Santisteban, Giovanna Pollarollo y Rosella di Paolo?
Rescato el primer poemario de Carmen Ollé, Noches de adrenalina, un libro orgánico, sorprendente para la época, con muchas imágenes y harto nervio. De Rocío Silva solo Este oficio no me gusta, que es bueno; el resto de su obra me parece una seguidilla de clichés eroticones. Pollarollo me cae muy bien, pero no me gusta para nada lo que hace. Y Di Paolo pues, no ofrece nada novedoso.

¿Qué piensas de los narradores peruanos contemporáneos?
Ahora hay más competitividad. Hay buenos narradores como Santiago Roncagliolo y Santiago del Prado. Creo que ambos le han puesto una cuota de esperanza a la narrativa de los noventa, copada por Bellatín, Benavides, quien plagió el argumento de Conversación en La Catedral para hacer una novela; y Thays, el escritor más sobrevalorado, quien posee un lenguaje excelente pero cuyos argumentos parecen sacados de una obra teatral de tercer grado. Sinceramente me gusta más su programa de televisión que su narrativa.

Y de los consagrados…
Arguedas me gusta mucho. Bryce solo hasta La vida exagerada de Martín Romaña. De Scorza me quedo con Redoble por Rancas y Garabombo, el invisible, novelas con las que no me conecto del todo, pero que sin embargo me parecen notables. Y bueno, Vargas Llosa, que eclipsó a toda la narrativa peruana hasta principios de los ochenta.

Y en el caso de cuentos…
Yo soy más de novelas que de cuentos. Del Perú me agrada Ribeyro, el primer libro de Reynoso, Los inocentes, que es excelente, una belleza.

Háblanos de tu proyecto actual
Ando escribiendo un poemario, en el cual unas partes girarán en torno a la selección indonesa de fútbol. He cogido a cinco de sus principales cracks, y en los poemas estoy intercalando sus voces con las mías. Este libro también se verá relacionado con Bonnie Consolo, quien es una mujer sin brazos y que hace todo con los pies. Reconozco que este proyecto es sumamente complicado, sin forma del todo definida, cuyos referentes me seducen mucho para plantearlos como poesía. Está una selección siempre perdedora, que nunca le ha ganado a nadie, y que representa la frustración; el caso de Bonnie Consolo simboliza la esperanza. Trataré de armonizar esto.

Finalmente ¿qué pueden esperar tus lectores de ti?
Creo que nada. Lo que sí quiero dejar en claro es que todo libro que yo tengo es un proyecto conceptual, es un trabajo que va más allá de la poesía. La poesía es experimentar, es buscar nuevas perspectivas, y eso es lo que realmente el lector debe esperar, no solo de mí, sino de cualquier poeta.

Publicado en Revista Quehacer Nro. 149 (Jul-Ago. 2004)